Constance Marten, una mujer perteneciente a una familia aristocrática del Reino Unido, recibió una condena de 14 años de prisión por la muerte de su hija cuando estaba fugitiva de la ley junto a su pareja, Mark Gordon, padre de la difunta bebé.
A su vez, el novio de la sentenciada, de 51 años de edad, fue condenado a 18 años de cárcel.
El juez Mark Lucraft aseguró que la bebé, de nombre Victoria, murió a causa de una “negligencia del tipo más grave y serio” por parte de sus padres, que la dejaron dormir en una carpa en invierno.
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El caso se remonta a enero de 2023, cuando Marten y Gordon se fugaron con la recién nacida tras perder la custodia de sus otros cuatro hijos. La alerta de búsqueda se difundió luego de encontrar una placenta en su coche abandonado en una autopista cerca de Mánchester.
El 27 de febrero del mismo año, la pareja quedó detenida en Brighton, al sur de Inglaterra. El 1° de marzo encontraron el cuerpo de Victoria en una bolsa de supermercado en un cobertizo.
Como la autopsia no pudo determinar la causa de la muerte, la investigación estima que la beba murió de hipotermia o asfixiada accidentalmente por su madre al quedarse dormida sobre ella.

Marten y Gordon insistieron en la versión de un accidente fatal y en julio pasado un jurado del tribunal penal de Old Bailey, en Londres, los declaró culpables de homicidio involuntario por unanimidad.
Pasado oscuro
Marten creció en el seno de una familia aristocrática, rodeada de riquezas y privilegios. Su abuela y su padre habían tenido relación con la fallecida Reina Isabel II, pero Constance se distanció de su entorno por su relación con Gordon.
En contrapartida, su pareja creció en un ambiente de violencia y delincuencia que lo llevaron a una vida atravesada por los continuos altercados con la Justicia.
Cargos por violación, robo, agresión y resistencia a la autoridad figuran en su extenso prontuario, que incluye una pena cumplida de 22 años tras las rejas.