Luego de su polémica defensa a un obispo chileno acusado de encrubrir casos de abusos sexuales, el Papa Francisco ya había salido a pedir perdón a las víctimas. Y ahora fue más allá: en una carta, aseguró que cometió "errores graves" al juzgar el escándalo.
Por eso el Sumo Pontífice convocó a los obispos chilenos al Vaticano para tratar el tema con el objetivo de "restablecer la confianza, confianza rota por nuestros errores y pecados" y de "sanar unas heridas que no dejan de sangrar en la sociedad chilena". Además, invitó a las víctimas a Roma para que él pueda rogarles perdón.
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El líder de la Iglesia Católica reconoció que no juzgó acertadamente porque le faltaba "información verídica y balanceada" en el caso del obispo Juan Barros, de quien había asegurado que "no hay una sola prueba en su contra", a pesar de que muchas víctimas afirmaron que encubrió graves casos de abuso cometidos por Fernando Karadima.
Aunque no detalló cuáles fueron las conclusiones a las que llegó el arzobispo Charles Scicluna, uno de los más importantes investigadores de casos de abuso sexual que tiene el Vaticano, Francisco pidió "reparar el escándalo donde sea posible y restablecer la justicia".