El ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva declaró durante tres horas en una oficina del aeropuerto de Congonhas, en San Pablo.
Brasil despertó con la noticia de que la Policía Federal allanaba varios domicilios de la familia de Lula, en el marco de una causa por corrupción en la empresa estatal Petrobras.
El procurador general del país vecino, Carlos Fernando Dos Santos, señaló que hay pruebas que indican que el ex presidente recibió dinero malversado de la petrolera, además de habilitar favores especiales a constructoras a cambio de propiedades. "Hay 39 páginas de pruebas" comentó el funcionario judicial.
El juez federal Sergio Moro ordenó el operativo, que incluyó visitas en la propia casa del ex presidente de Brasil, la de uno de sus hijos y otras propiedades relacionadas con la familia.
El procedimiento comenzó a las 6 de la mañana cuando los agentes se presentaron en la residencia que Lula tiene en la ciudad de Sao Bernardo do Campo, en las afueras de San Pablo.
Posteriormente, hubo allanamientos en la sede del Instituto Lula, una finca de la localidad de Atibaia, un departamento en el balneario de Guarujá y la casa de su hijo en San Pablo.
La justicia investiga una red que se apropió ilegalmente de unos 2000 millones de dólares de la petrolera. Lula está sospechado de "ocultación de patrimonio" y "lavado de dinero". Ayer, un arrepentido declaró que el ex mandatario ordenó "sobornar a detenidos a cambio de su silencio".