Con sólo 10 años, la niña prodigio compuso su obra a finales de 2015 y un año después fue ovacionada por la crítica mundial en la capital de la música clásica.
Su padre Guy Deutscher contó que su hija soñaba con este momento, luego de presentar un primera versión en su país de origen, en el teatro de Israel. La niña genio comenzó con la música a los dos años jugando con unos teclados de un piano, pero a los tres ya se subió a un escenario con su primer violín, que recibió de regalo en su cumpleaños.

A los seis, sorprendió a la familia y su profesor de música al componer su primera obra. Antes, había realizado pequeñas composiciones y desde entonces no ha parado de progresar.
Según los críticos, el caso de Alma trae a la memoria el de Wolfgang Amadeus Mozart que también es considerado un niño prodigio. Sin embargo, a ella no le gustan las comparaciones. “Yo quiero ser Alma y estoy feliz con ello. Es suficiente ser Alma”, advirtió. VIDEO