India destina solo el 1 por ciento del PBI en salud, uno de los porcentajes más bajos del mundo. El país tiene un médico por cada 1.674 habitantes, muy por debajo de lo que recomienda la OMS. Los hospitales del lugar no dan abasto para tratar a 1.250 millones personas, la mayoría pobres. Todas estas razones han favorecido la proliferación de gente que ejerce ilegalmente la medicina.
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Rajendra Yadav es un curandero del estado indio de Uttar Pradesh que, entre otras actividades fuera de la ley, colocaba inyecciones a domicilio con la misma jeringa. Cuando se lo acusó de haber contagiado con el virus VIH a 46 pacientes, el falso médico escapó. Se mantuvo prófugo hasta este miércoles que fue arrestado por la policía.
Meses atrás, un estudio de las autoridades sanitarias detectó una alta concentración de casos de sida en el distrito de Unnao, en Uttar Pradesh. Uno de los responsables de la investigación dijo que la causa del aumento de afectados se debió al trabajo irresponsable de un "doctor" sin licencia: “Algunos de los infectados culparon al curandero y el hecho de que solo usara una jeringa”, declaró.
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El imputado de fraude, práctica ilegal de la medicina y de poner en riesgo la vida, recibía 10 rupias (menos de 20 centavos de dólar) a cambio de sus servicios. Al momento de su detención, se decomisó material que complicaría la situación procesal de Yadav.
Mehtab Alam, vocero de Raza Hussain Memorial Charitable Trust, sostuvo que los falsos médicos usan jeringas de cristal con una sola aguja, un riesgo extremo en una región de mucha ignorancia. "Los aldeanos no saben de higiene", agregó.