Berlín quedó envuelto en medio del terror tras el nuevo atentado que se adjudicó el ISIS, cuando un camión irrumpió en un mercado navideño dejando 12 muertos y decenas de heridos.
Durante la medianoche se procedió a la detención del supuesto conductor, un joven solicitante de asilo paquistaní (23). Sin embargo, fue liberado porque “los resultados de las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento indican que no hay sospechas fundamentadas contra el acusado”, según indicaron desde la Fiscalía.
Cuando realizaron los peritajes en la cabina del camión encontraron un cuerpo baleado en el asiento del copiloto. Después de analizar los datos del GPS, dieron con que el vehículo fue robado cuatro horas del ataque terrorista y mataron al chofer polaco, Lukasz Urban (37), siendo la primera víctima del atentado.
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El dueño del camión y primo de Urban, Ariel Zurawski, aseguró que la víctima “tenía marcas de golpes” y que “su rostro estaba ensangrentado y magullado. También tenía una herida de cuchillo y de bala”. El terrorista, que manejó el semirremolque, se escapó del lugar. La Policía continúa buscándolo.