Tras más de 24 horas, Luiz Inácio Lula da Silva se entregó a la Policía Federal de Brasil. Antes de las 19 (hora argentina), el líder del Partido de los Trabajadores salió caminando de la sede del sindicato de metalúrgicos.
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Su entrega generó empujones, gritos y momentos de máxima tensión. Entre la gente, pudo verse a Lula a pie y, en un operativo distracción, lograron subirlo a una camioneta negra de las fuerzas de seguridad. Mirá el dramático momento en que dejó la sede del PT:
Salida apurada
Una advertencia de la Justicia brasilera fue clave: le dieron a Lula un ultimátum para que se entregue y no pierda algunos beneficios que tendrá en la cárcel de Curitiba. En avión y tras chequeos médicos, llegó hasta esa ciudad para pasar su primera noche tras las rejas.
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A los 72 años, el ex mandatario tiene una condena confirmada en segunda instancia de 12 años y un mes de prisión. La sentencia fue por corrupción pasiva y lavado de dinero en el caso Lava Jato.