"No estoy aquí para pedir asilo político", expresó Carles Puigdemont durante una conferencia de prensa que brindó un día después de viajar de incógnito a Bélgica.
El presidente destituido de Cataluña indicó que acepta "el reto" de las elecciones convocadas por el gobierno español para el 21 de diciembre. Además, pidió al pueblo catalán que se prepare para "un camino largo".
Respecto a las acusaciones en su contra, consideró que la fiscalía no tiene "un deseo de justicia", sino "un deseo de venganza". "Es una querella que no se sustenta jurídicamente. Demuestra extrema agresividad. Se centra a perseguir una idea, a unas personas. Es un ejemplo de la máxima beligerancia del Gobierno español", manifestó.
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Puigdemont explicó que no volverá a Cataluña hasta tener las garantías de "un proceso justo, con separación de poderes". Los delitos por los que se lo acusa tienen una posible pena de hasta 30 años de cárcel.