En Siria, los niveles de desnutrición y precariedad económica es alarmante como consecuencia de la guerra civil que afecta al país desde el 2011. Algunas organizaciones de ayuda humanitaria -entre ellas, algunas dependientes de Naciones Unidas- en vez de colaborar, hunden moral y socialmente a la población.
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Según un estudio publicado por la BBC, la ONU tiene conocimiento de una serie de abusos sexuales por parte de trabajadores que tienen el deber de promover el bienestar humano. Las principales víctimas son mujeres refugiadas que deben entregan su cuerpo a cambio de comida.
El informe del prestigioso medio británico está acompañado con la denuncia de Danielle Spencer, una consejera en asuntos humanitarios de una ONG. La mujer relató que, en las provincias sureñas sirias de Daraa y Quneitra, hombres de consejos locales "retenían la ayuda que habían recibido y usaban a estas mujeres con fines sexuales".
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Según la trabajadora social, el abuso es tan endémico en esta zona de Medio Oriente que se estigmatiza a la mujer. Se asume que quien recibió algún tipo de asistencialismo, cedió un favor sexual en algún momento.
El Comité Internacional de Rescate realizó una encuesta a 190 mujeres y niñas del sur de Siria, sacando como conclusión que el 40 por ciento de ellas había sufrido extorsiones al acceder a distintos servicios, incluidos los de ayuda humanitaria.