Apenas llegó al mundo, Connie-Rose se convirtió en la mayor debilidad de sus padres. Con una sonrisa encantadora y una belleza poco común, la pequeña los contagió de amor y ellos quisieron compartirlo con todo el mundo.
Por eso, su mamá Julie decidió enviar sus fotos a una agencia de modelos de Leeds, su ciudad natal. "Lo hice para ver si estaban interesados o solo me hacía ilusiones", explicó la mujer. La respuesta llegó enseguida y fue contundente: "Definitivamente estamos interesados".
La mejor parte de la historia está relacionada con la inclusión. Connie-Rose tiene Síndrome de Down y, según la mamá, "en la agencia ni se inmutaron" cuando se los dijo. Desde ese momento la niña posa con alegría para las cámaras y sus fotos se ganaron miles de "Me Gusta" en las redes. Sin embargo, la familia aclaró que no forzará a la niña: “Tan pronto como ella se canse o decida que ya no le gusta, pararemos. A la primera señal, lo dejamos".
“Me dijeron que tenía un alto riesgo de tener un bebé con síndrome de Down cuando estaba embarazada y podría haber hecho la prueba diagnóstica para descubrirlo, pero no quise porque no me parecía un problema”, recordó Julie. “Tenemos amigos cuyos hijos fueron diagnosticados con síndrome de Down y no han tenido más que experiencias positivas”, destacó.
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