Joaquín Guzmán no tuvo más que arrancar la motocicleta especialmente tuneada para andar por la cueva y en cronometrados minutos salió de la cárcel del Altiplano.
La fuga fue planeada hasta los más mínimos detalles. No sólo cavaron durante un año, sino que además colocaron rieles y adaptaron la moto con un poderoso motor para que el criminal pudiera huir de la prisión, sin quedarse a mitad de camino.
A medida que avanzaba, "El Chapo" rompió los focos lumínicos que habían instalado. Lo hizo para dificultar una posible persecución. Los guardas tardaron tres horas en darse cuenta de su ausencia.
En la celda del capo narco, hay dos puntos ciegos, es decir que las cámaras de seguridad no pueden monitorear. Y fue en uno de ellos donde hicieron el boquete que permitió la salida del narcotraficante y jefe del Cártel de Sinaloa.

El boquete de 50 centímetros fue realizado fuera del alcance de las lentes, justo en el drenaje. Las convenciones de derechos humanos impiden que una cámara monitoree los momentos de intimidad o los puntos de higiene de los reclusos. Eso ayudó a "El Chapo" a escapar.
Los investigadores no tienen dudas: los cómplices de Guzmán contaban con todos los detalles del Altiplano. Los planos llegaron a su poder hace mucho tiempo y ahora tratarán de determinar cómo fue que pudieron acceder a ellos.