El lanzamiento de un nuevo misil por parte de Corea del Norte fue interpretado como un desafío de parte del presidente Kim Jong-un contra Corea del Sur, donde acaba de asumir el poder Moon Jae-in Moon.
"Que esta nueva provocación sirva de llamamiento a todas las naciones para implementar sanciones mucho mas fuertes contra Corea del Norte", señaló el presidente estadounidense, Donald Trump, a través en un comunicado.
Justamente, Estados Unidos y Japón pidieron convocar a una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, que se realizaría el próximo martes, según informó la delegación de Uruguay, que ejerce la presidencia del organismo en este momento.
El proyectil recorrió su trayectoria durante unos 30 minutos antes de caer en aguas de la zona económica exclusiva de Japón. El primer ministro de ese país, Shinzo Abe, señaló que la prueba es "absolutamente inaceptable", que representa "una clara violación de las resoluciones de seguridad de Naciones Unidas" y que trabajarán con Corea del Sur y los Estados Unidos para responder a los desafíos norcoreanos.
El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó que el misil se estrelló a 500 kilómetros de su frontera, pero aclaró que "no representa ningún peligro" para el país. Igualmente, tanto el presidente Vladimir Putin como el chino Xi Jinping expresaron su preocupación "por la escalada de tensiones" durante una reunión en Pekín. Desde la Unión Europea afirmaron que este lanzamiento supone una "amenaza para la paz y la seguridad internacionales".
Corea del Norte ya había disparado con éxito un proyectil balístico de medio alcance el 12 de febrero pasado. Después, hizo otras tres pruebas fallidas con misiles en abril.