Derinkuyu es conocida en todo el planeta como la mayor ciudad subterránea en profundidad en el mundo. Se encuentra excavada a más de 85 metros bajo la región de Capadocia, en Anatolia Central, y se cree que conecta con más de 200 ciudades subterráneas más pequeñas.
Pero la historia de su descubrimiento parece sacada de un cuento de ficción. Un hombre turco que perseguía a sus gallinas rompió una pared y se topó con esta ciudad de 2 mil años de antigüedad, que supo albergar hasta 20 mil personas.
El propietario del lugar persiguiendo a sus gallinas, que en plena huída encontraron un escondite: un hueco en la pared del sótano. Para poder sacarlas de ahí, el hombre tuvo que hacer varias reformas, como derribar un muro construido en los años 60.
Tras bajar la pared, halló un oscuro túnel que conducía a la antigua ciudad de Elengubu, conocida hoy como Derinkuyu. El descubrimiento significó un antes y un después en la historia porque aún se sostiene como una de las ciudades subterráneas más grandes y extensas de las que se tiene registro en la actualidad.
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La fecha exacta de construcción de la impresionante ciudad sigue siendo controvertida, pero antiguos escritos que datan del 370 a.C. indican que Derinkuyu ya existía. Es probable que se haya utilizado originalmente para almacenar mercancías, pero luego se empleó como búnker para huir de invasores extranjeros.
La ciudad alcanzó probablemente su población máxima de 20 mil habitantes durante las incursiones islámicas del siglo VII contra el Imperio cristiano bizantino, informó la BBC.
Luego de 2 mil años de uso, Derinkuyu fue finalmente abandonada en 1923 por los griegos capadocios, que fueron derrotados en la guerra greco-turca y huyeron a Grecia.