A poco más de una semana de la tragedia aérea del Chapecoense que dejó 71 muertos y seis heridos, llegaron las primeras detenciones. Todos pertenecen a la aerolínea LAMIA, la principal apuntada por las irregularidades que terminaron en la caída del avión.
Gustavo Vargas, el gerente general, fue trasladado hasta la Fiscalía Departamental de Santa Cruz, Bolivia. En esa ciudad está la sede de LAMIA. La misma suerte corrieron la secretaria de Vargas y el mecánico de la compañía.
"Fueron arrestados con fines investigativos. Si hay elementos e indicios que se puedan relacionar dentro del presente caso, el Ministerio Público aplicará el Código Penal, si no, se ordenará el cese de arresto", anunció el fiscal Iván Quintanilla, de acuerdo a información del medio boliviano Los Tiempos.
En los días previos, Vargas había reconocido que el avión "debió reabastecerse de combustible" antes de llegar a Medellín. Desde el 2001 al 2007, el empresario fue el piloto de confianza nada más y nada menos que de Evo Morales, presidente de Bolivia.
Fotos de texto: EFE y AP.