"Las balas escribieron nuestro pasado, la educación escribirá nuestro futuro", es la frase tallada en los "balígrafos", las lapiceras que son el símbolo de la paz lograda entre el gobierno de Colombia y las FARC.
El presidente Juan Manuel Santos le regaló uno al líder Rodrigo Londoño (Timochenko) para que firmen el acuerdo de cese al fuego bilateral y definitivo en La Habana.
Los ‘balígrafos” son lapiceros creados con municiones de fusil usadas en combate y forman parte de un proyecto del mandatario y su ministra de Educación, Gina Parody, que busca "cambiarle el rostro a la guerra y darle identidad a la paz que está por llegar. “Es el símbolo de la Colombia que se espera vivir próximamente si el Gobierno y las Farc firman un acuerdo de fin del conflicto", señala un comunicado de la Presidencia.
La Industria Militar de Colombia (Indumil) donó 500 municiones de fusil usadas en combate al Ministerio de Educación a los que se les extrajo la pólvora que les quedaba. No están disponibles para la compra, pero la ministra Parody ya los utilizó y los intercambió para firmar varios decretos y documentos relacionados con la educación.
La idea del Gobierno es que los colombianos asimilen la paradoja pedagógica de que un elemento fabricado para la destrucción y la muerte se transforme en elemento para la educación para la creatividad.
El ‘balígrafo’ fue entregado a escritores, periodistas, artistas y funcionarios públicos para que lo utilicen. También se repartirán en las escuelas públicas para que los alumnos escriban o dibujen historias que hablen del futuro de la paz en el país.
“Las plumas más grandes del país escribirán cómo va a ser una Colombia en paz, y las más pequeñas dibujarán”, señala el Ministerio. Para Parody, es un hito sin precedentes. “Nos llevó a crear un movimiento para que el país entero entienda que el futuro está en las aulas de clase y no en los campos de guerra”, comentó.