El Papa Francisco colgó un cartel que dice: "Prohibido quejarse".
El letrero es un regalo que le hizo Salvó Noé, un psicólogo italiano que suele escribir libros de autoayuda. El cartel apareció en la puerta de la suite en la que vive en la residencia de Santa Marta.
"Lo voy a poner en la puerta de mi oficina, donde recibo a personas", le dijo Francisco a Noé cuando, le dio el regalo.
Debajo del "Prohibido quejarse" dice: "Los transgresores están sujetos a un síndrome de victimismo con consecuente baja del tono del humor y de la capacidad de resolver los problemas. La sanción es doble si la violación es cometida en presencia de niños".
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Para dar lo mejor de sí hay que concentrarse en las propias potencialidades y no en los propios límites, por lo tanto: dejá de quejarte y actuá para cambiar para mejorar tu vida".
El Papa no ha perdido nunca el humor que lo caracteriza, más allá de las responsabilidades y problemas que debe afrontar como Sumo Pontífice.
En este mes Francisco se encuentra con un descanso , ya que en julio suspendió las audiencias generales de los miércoles, las audiencias y las misas matutinas. De todas formas sigue trabajando y preparando sus discursos para el viaje a Colombia, en septiembre.