Michael y Georgena Roberts, padres de seis hijos, se transformaron en dos monstruosas personas adentro de su casa, donde todo aparentaba ser un hogar normal y estable.
La realidad es que la vida que llevaban los hijos era realmente una pesadilla. Sobre todo cuando comenzaron a implementar como castigo no darles de comer al más pequeño, de seis años, y a otro de sus hermanos, un año mayor.
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Todo comenzó en diciembre de 2015. Recién salió a la luz dos años después luego de que los médicos del Hospital Comunitario de Jerseyville reportaran la muerte del más chico.
La tortura fue mortal. El niño perdió la vida pesando apenas siete kilos. Los investigadores, sorprendidos ante semejante hecho, determinaron que los padres “intencionalmente causaron que se desnutriera al extremo”.
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La policía los detuvo y fueron imputados por homicidio en primer grado. El juez de la causa fijó una fianza de medio millón de dólares para cada uno, que no pudieron pagar. El resto de los hijos fueron tomados en custodia por el Departamento de Servicios de Niñez y Familia de Illinois, Estados Unidos.