El 24 de febrero, Vladimir Putin invadió Ucrania. Desde entonces, los bombardeos no cesan, crece la cifra de civiles muertos y el éxodo de refugiados. A ese día, el pueblo ucraniano no lo olvidará jamás.
Algunas familias se quedaron apoyando a militares y voluntarios que luchan contra una guerra que parece no terminar nunca. Otros, sobre todo mujeres para resguardar a sus hijos, escapan y buscan ayuda en países vecinos.
Es el caso de Marina, una mujer ucraniana que aquel 24 de febrero empezó una larga travesía junto a sus dos hijas, de 8 y 10 años. Salieron de Ivankiv “cuando todo estaba más o menos bien”. Actualmente, esa zona ubicada entre Kiev –capital del país europeo- y Chernobyl está siendo atacada.
En diálogo con los enviados especiales de El Doce, Luchi Ybañez y Mauro Terenzio, reveló que durante dos semanas se quedaron en otra ciudad del país invadido, pero ya no estaban seguras. Por eso decidieron cruzar la frontera con Polonia. Llegaron a Medyka, el pueblo que cuenta con un corredor solidario, donde diariamente ingresan entre 100 y 120 mil personas.
+ MIRÁ MÁS: La cobertura histórica de El Doce en la guerra
Marina contó que tenían una vida tranquila, pero cuando las tropas rusas desembarcaron en Ucrania, no les quedó opción que escapar de la masacre. Su esposo le rogó que se fueran para que estuvieran más seguras.
Tuvieron que abandonar su casa y a toda su familia. En medio del frío y la nieve, llegaron a Polonia. Pero su destino es incierto. “Es muy doloroso”, expresó la mujer. Al lado estaban sus hijas y en sus rostros quedaba al descubierto la tristeza que las invadía.
Ya pasaron 15 días de combate y no hay tregua. Marina pide desesperada que la guerra llegue a su fin. “Volver a casa”, su deseo más profundo. Sueña con encontrarse con su esposo, padre de sus hijas, y toda su familia. Recuperar su vida, esa que les fue arrancada.
+ VIDEO: Una refugiada habló con El Doce luego de huir de la guerra