El Estado Islámico volvió a mostrar su odio contra la minoría chiita de Afganistán y provocó un baño de sangre en Kabul, la capital de ese país. A las 14.30 hora local, decenas de personas participaban de una protesta cuando dos hombres hicieron detonar los explosivos ocultos en su cuerpo.
El resultado fueron por lo menos 80 muertos y centenares de heridos, muchos de gravedad. "Murieron como mártires", lamentó el ministerio del Interior afgano en un comunicado.

A la brevedad, la agrupación terrorista islámica reivindicó el atentado y confirmó que dos de sus combatientes se estallaron contra los chiitas.
Otra versión brindó la inteligencia afgana. De acuerdo a su informe, solo uno de tres terroristas logró inmolarse totalmente. "El primero detonó sus explosivos, el segundo lo consiguió parcialmente, pero la explosión lo mató, y los agentes del NDS dieron de baja al tercero", aseguraron.

Fotos: AFP.