Se fue de Dinamarca en 2014 y llegó a Siria para luchar contra el Estado islámico. Formó parte de dos ejércitos entrenados de origen kurdos. Integró un batallón que liberó a un pueblo cerca de Mosul. En su mente guarda historias escalofriantes.
“Los kurdos están luchando por la democracia y los valores occidentales. Si me capturan o muero, estaré orgullosa de por qué me mataron”, aseguró cuando tenía tan sólo 20 años y dejó de estudiar Política y Filosofía en Copenhague.
Pero ahora, la joven danesa llamada Joanna Palani, vive con miedo y teme volver a su país: violó las leyes que le prohíben unirse al ejército kurdo y podría ir presa.
Aunque eso no es lo único que la aterroriza. Cada vez que piensa en el ISIS, recuerda aquellas niñas que encontró cautivas y que eran usadas como esclavas sexuales por milicianos del grupo terrorista yihadista. Palani teme a las posibles represalias: los fanáticos podrían capturarla y convertirla en una esclava.