Oumoh es una nena de cuatro años que arribó, el 5 de noviembre, a la isla de Lampedusa en una embarcación de migrantes africanos. Aunque llegó junto a otras personas, la mayoría mujeres y niños, ninguno dijo conocerla.
La niña quedó a cargo de un hogar de la ciudad de Palermo (Sicilia) gracias a la intervención de Maria Volpe, jefa del servicio de menores de la prefectura de Agrigente, quien trabaja, hace 20 años, en estos casos.
Días después, llegó a la isla una mujer oriunda de Mali, junto a su hija de ocho años y su bebé de semanas de vida, tras ser socorridos frente a las costas de Libia. Un policía que buscaba tranquilizar a la nena le dejó su teléfono celular para que se entretuviera mirando fotos.
Fue allí cuando la niña llamada Nassade gritó: "¡Oumoh!¡Oumoh!", al reconocer a la nena con la que había coincidido en un centro de refugiados de Túnez. La mujer tenía el número de teléfono de la madre de Oumoh y lograron comunicarse con ella.
Entre lágrimas, la madre relató que quiso alejar a la pequeña de su esposo porque quería someterla a una mutilación genital. Por eso, la llevó a Túnez y la dejó al cuidado de una amiga. Esta mujer tuvo la oportunidad de embarcarse hacia Europa y llevó a Oumoh con ella, pero al llegar a Lampedusa, dejó a la niña a la deriva.
"La madre había previsto embarcar también, pero algunos problemas la retuvieron más tiempo en Costa de Marfil, y cuando llegó a Túnez, su hija había partido", contó Volpe. Los servicios diplomáticos se movilizaron y muy pronto volverán a reunirse la madre y la niña.