La Rambla, el emblemático paseo ubicado en el corazón de Barcelona, se convirtió en un lugar oscuro y tenebroso. Un nuevo atentado terrorista perpetrado por el Estado Islámico enlutó a esta ciudad española y puso en alerta a todo el mundo.
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Se trata del octavo ataque contra peatones registrado en Europa desde el 14 de julio pasado hasta hoy (París, Londres –tres veces-, Estocolmo, Berlín y Niza) donde una camioneta es la protagonista.
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Entre los relatos desoladores, está el de una argentina testigo de la tragedia que dejó 13 muertos y 100 heridos. Débora, radicada en Barcelona hace 22 años, se salvó de milagro. Reveló que cinco minutos antes del ataque, estaba comiendo en el restaurante turco donde luego uno de los terroristas se atrincheró amenazando con un arma larga.
“Yo vi la camioneta blanca, vi la cara del terrorista. Era un señor grande, tenía una camisa que llamaba la atención, de rayas azules y blancas”, reveló y contó que luego se metió en un callejón y no le pasó nada.
“Evidentemente no me tocaba, no era mi hora. Podría haber sido una de las tantas víctimas”, aseguró Débora aún en estado en “shock” y “con ganas de llorar”.