En el estado de Georgia, Estados Unidos, existe la condena a muerte para aquellas personas que cometieron delitos aberrantes. Además, se le permite a los sentenciados elegir el método que consideren mejor.
Pero un último deseo dejó a todos sorprendidos en la corte del país norteamericano, minutos antes de que se cumpla la fatal sentencia de J. W. “Boy” Ledford Jr., quien degolló al médico que ayudó a su madre a dar a luz y traerlo a este mundo.
El asesino solicitó a través de sus abogados que un escuadrón de fusilamiento sea el que le ponga punto final a su vida en vez de que utilicen la droga pentobarbital para la inyección letal. Sin embargo, no podrán concederle el deseo porque esa forma ya no se encuentra entre las opciones del Estado.
En su pedido se excusó asegurando que temía a “quedar en agonía luego de que el pentobarbital ataque su sistema respiratorio, destruya su cerebro, corazón y pulmones y que se ahogue en su propia saliva”. Ledford será el primero de este año en ser inyectado luego de que en 2016 sólo fueran nueve.