La medida tomada por el gobierno de Mariano Rajoy fue una respuesta "proporcional" y "de reciprocidad" a la expulsión del representante español, anunciada ayer por las autoridades de Caracas. De esta manera, Mario Isea fue echado de España.
El régimen de Nicolás Maduro le dio un plazo de 72 horas al embajador español en Caracas, Jesús Silva, para que abandone el país después de haber sido declarado "persona no grata" por lo que consideran injerencias en asuntos internos.
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En declaraciones al diario El País, Silva calificó su expulsión como "un tratamiento totalmente injustificado y un retroceso y un golpe que perjudica la negociación entre las partes y donde el Gobierno de España y la embajada en Venezuela ha intentado ser una de las claves de ayuda para todos".
Según el ministro de Cultura Íñigo Méndez de Vigo, España desea mantener con Venezuela "relaciones de respeto, amistad y cooperación", pero las decisiones adoptadas por el Gobierno de Nicolás Maduro "hacen difícil que se verifique ese deseo".