Con sus escasos 27 años de edad, Hayden Kennedy era conocido como uno de los mejores escaladores del mundo. Vigoroso, atlético y amante de la naturaleza. Pero, según sus amigos, su cualidad más virtuosa era el nivel de compromiso que tenía con los demás montañistas.
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Posiblemente por ese motivo y sentirse culpable, no pudo soportar la pérdida de su amada, que estaba bajo su resguardo, y acabó con su vida.
Hayden y su novia Inge Perkinks amaban los deportes extremos. Ambos decidieron subir este sábado por el Imp Peak, en Madison, Montana. Cuando realizaban el ascenso por una de las laderas del cordón montañoso, un derrumbe los sorprendió y fueron sepultados por más de un metro de nieve.
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Él, muy experimentado en el manejo de la calma en situaciones críticas, apeló a la fuerza, destreza física y sentido de la ubicación, para emerger del gigante manto blanco. Pero cuando pudo salir, miró hacia todos lados y no encontró a su compañera.
Inmediatamente alertó al grupo de rescate del lugar para comenzar con el operativo de búsqueda. Transcurridos dos días de trabajo sin dar con ella, presintiendo el peor de los finales, a Hayden se le congeló el corazón y tomó la drástica decisión de suicidarse.
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La tragedia para los familiares no terminaría ahí. Horas más tarde se encontró el cadáver de Inge enterrado bajo la nieve. "Hayden sobrevivió a la avalancha pero no a la inaguantable pérdida de su compañera de vida. Eligió poner fin a su vida" relató el entristecido padre.