Un 18 de julio de 1994 los argentinos vivieron un dramático y fatídico momento. Pasaron 25 años del atentado a la AMIA, donde 85 personas perdieron la vida, y aún los familiares de las víctimas, hundidos en un profundo dolor, siguen pidiendo justicia.
Este viernes, Estados Unidos impuso sanciones financieras al terrorista líder del movimiento chiíta libanés Hezbollah, Salman Raouf Salman. Se trata de uno de los cerebros, señalado como autor intelectual de organizar el atentado contra el edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina.
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El rostro del colombiano volvió a estar en todos los portales, ya que es uno de los fugitivos más buscados por Interpol. Por esta razón, aquella persona que ayude a capturarlo será recompensada con una suma de siete millones de dólares. Hace 16 años, la justicia argentina ya apuntaba contra él, asegurando que el Gobierno de Irán ordenó ejecutar el atentado de 1994.
"Salman coordinó un ataque devastador en Buenos Aires, Argentina, contra el centro judío más grande de Sudamérica hace 25 años y desde entonces ha dirigido operaciones terroristas en el Hemisferio Occidental para Hezbollah", indicó Sigal Mandelker, subsecretario del Tesoro de Estados Unidos para Terrorismo y Finanzas.
"Tras el atentado contra la AMIA, los agentes de seguridad argentinos determinaron que Salman había estado en contacto con Assad Barakat, designado por Estados Unidos, antes del ataque, y que Salman era el coordinador de las células durmientes de Hezbollah en Buenos Aires y en la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay", agregó en el comunicado.