Un macabro y aberrante hecho ocurrió en Italia. Una mujer, identificada como Verónica Panarello, mató a su hijo Loris Stival, luego de que la descubriera teniendo sexo con su suegro, es decir, el abuelo del pequeño.
Después del amorío, ella perdió la razón y estranguló al niño con unos cables de electricidad y abandonó su cuerpo en un barranco de Santa Croce, en Sicilia.
La responsable de semejante muerte dio aviso a la policía por la supuesta desaparición de su hijo. Se excusó diciendo que pudo haber sido secuestrado porque no apareció cuando lo fue a buscar al colegio.
Sin embargo, las mentiras duraron poco. A través de las cámaras de seguridad se pudo constatar que las imágenes no coincidían con su historia. La mujer confesó el crimen, acusó a su suegro de cómplice y pasará 30 años en prisión.