Justin Harris mató a su hijo con una crueldad inhumana. Lo dejó adentro del auto durante siete horas, en el estacionamiento sin techo de su trabajo. Todo ese tiempo, Cooper estuvo expuesto a una temperatura superior a 40 grados, por lo que murió de hipertermia (cuando la temperatura del cuerpo aumenta por encima de lo normal). Tenía solo 22 meses.
El hecho ocurrió el 18 de junio de 2014 en la ciudad de Atlanta, Estados Unidos. Tuvieron que pasar dos años y cinco meses para que un jurado de Georgia encontrara culpable al papá de la criatura, quien en todo momento alegó su inocencia, explicando que se trató de un "trágico descuido".

Una pista clave para la investigación fue una macabra búsqueda en Internet. Antes del crimen de su hijo, el hombre había averiguado cuánto tiempo y temperatura eran necesarios para que una persona muera dentro un auto.
Mientras su hijo perdía la vida en el estacionamiento de su trabajo, Harris envió mensajes a mujeres -y a una adolescente- con alto contenido sexual. El hombre de 33 años, además del asesinato, fue encontrado culpable de delitos sexuales y crueldad infantil.
El 5 de diciembre será la sentencia. Podría recibir cadena perpetua.