El ex entrenador de fútbol británico Bob Higgins, fue condenado a 24 años y tres meses de prisión tras haber sido declarado culpable de abusar sexualmente de 24 jugadores menores de edad, en un período de 25 años.
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Higgins, quien se desempeñó como entrenador en el Southampton FC del fútbol inglés en la década 1980, cometió los abusos entre 1971 y 1996. El juez de la corte de la ciudad de Winchester, Peter Crabtree, declaró que el acusado era un depredador "astuto y manipulador" que había abusado de su posición de confianza como un entrenador respetado.
El día de la sentencia, varias de sus víctimas estuvieron presentes. El juez destacó la dignidad con la que se comportaron al describir las décadas de graves daños psicológicos que habían sufrido luego de que Higgins abusara de ellos.
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Algunos de los afectados testificaron ante la corte que habían tratado de suicidarse o se habían convertido en alcohólicos y drogadictos para tratar de olvidar el abuso sufrido por parte de su entrenador. Muchos dijeron que habían luchado durante años con recuerdos, ataques de pánico, depresión, ansiedad, falta de confianza y problemas en sus relaciones personales.