Nazrin Hassan murió por las graves heridas que sufrió tras la explosión. “La onda expansiva le provocó contusiones en distintas parte de su cuerpo”, dijo en un comunicado la empresa Cradle Investment Programme.
La comunidad tecnológica del sudeste asiático está conmocionada por la noticia. Pensaron que había muerto por las quemaduras pero después las pericias apuntaron a los celulares. “Uno de los teléfonos estalló. Tenía uno marca Blackberry y otro Huawei. Las partes lo habrían golpeado en la cabeza”, contó un familiar.
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Hassan de 42 años de edad era un empresario muy exitoso, padre de tres hijos. Vivía en un lujoso departamento en Mutiara, Damansara. Fue impulsor del emprendedorismo teconológico malasio. A través de un fondo de inversión estimuló a las startups de tecnología de su país.
El fondo respaldó emprendimientos exitosos como iMoney, del sector financiero, y Grab, el servició que logró desplazar a Uber de Asia.