Yesenia Sesmas estaba embarazada, pero un aborto espontáneo desplomó su sueño. La mujer de 37 años le ocultó la mala noticia a sus familiares y amigos, quienes creían que iba a tener un bebé. Preparó una habitación y hasta realizó un baby shower en el que recibió regalos para el niño que nunca iba a nacer.
La mentira duró meses, hasta que llegó el momento del nacimiento. Decidió viajar manejando por más de siete horas desde su casa en Dallas, Texas, hasta la ciudad de Wichita, Kansas, donde vivía su amiga y ex compañera que había dado a luz hacía solo seis días.
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Cuando estuvieron solas, Yesenia mató de un tiro en la cabeza a Laura Abarca, de 27 años, y se llevó a su beba Sophia, informó el diario The Wichita Eagle. La sacó en una bolsa de pañales y, una vez en el auto, la colocó en el asiento para bebés que ya había instalado en el vehículo.
La pareja de la víctima y padre de Sophia llegó al departamento y se encontró con el panorama desolador: su novia estaba muerta y su hija, desaparecida. El caso tomó repercusión nacional y hasta el FBI participó de la búsqueda: la pequeña fue hallada sana y salva en la casa de su captora. Ocurrió el 17 de noviembre 2016, pero este martes finalizó el juicio en su contra.
Foto: Laura, su pareja y su beba recién nacida.
Aunque la defensa de Yesenia aseguró que nunca quiso matar a su amiga y solo intentó amenazarla, un jurado la declaró culpable de asesinato premeditado en primer grado, secuestro e interferencia con la custodia parental. El 13 de julio será sentenciada y podría recibir prisión perpetua.