En medio de la conmoción mundial que genera la peregrinación de los migrantes de Siria, Afganistán y Eritrea en busca de paz, de un país en el mundo en el que puedan empezar sus vidas de nuevo, Francisco pidió este domingo desde el Vaticano que las iglesias de Europa acojan a los refugiados.
"Pido a las parroquias, a las comunidades religiosas, a los monasterios y a los santuarios de toda Europa que acojan a una familia de refugiados. Un gesto concreto en preparación al Año Santo de la Misericordia", suplicó el Papa.
"Hay que ofrecerles a estas personas una esperanza concreta", explicó Francisco.
"Que cada parroquia, cada comunidad religiosa, cada monasterio, cada santuario de Europa acoja a una familia, comenzando por mi diócesis de Roma. Ante la tragedia de decenas de miles de refugiados que huyen de la muerte por la guerra y el hambre, y que han emprendido una marcha movidos por la esperanza, el Evangelio nos llama a ser próximos a los más pequeños y abandonados. A darles una esperanza concreta".
Y advirtió que la ayuda no debe ser un paliativo: “No vale decir solo ‘valentía, paciencia’, sino que hay que ofrecerles a estas personas una esperanza concreta”.