Se convirtió en el tren del terror por unos segundos. Un joven afgano sacó de su mochila un hacha y un cuchillo, gritó "Allahu Akbar" (Alá es grande) y atacó. Ocurrió este lunes entre Würzburg y Ochsenfurt, en el sur de Alemania.
El adolescente de 17 años hirió a cuatro personas, tres de ellas de gravedad, y fue ejecutado por la policía mientras intentaba huir. Las otras personas que viajaban en el tren no sufrieron heridas, pero 14 quedaron en estado de shock.
Según medios alemanes, el joven atacante llegó como refugiado y había sido recibido recientemente por una familia. Joachim Hermann, ministro de Interior de Baviera, confirmó que el joven llegó a Alemania sin sus padres.
Las autoridades intentan determinar si tiene un pasado de islámico radical, que confirmaría que se trató de un acto de terrorismo. "Probablemente fue un atentado islamista", señaló el funcionario en declaraciones a la televisión pública ARD.