Un trabajador de una clínica de Kirguistán tuvo un error garrafal en medio de la lucha contra el coronavirus. Quiso poner a cargar su celular y desenchufó una heladera con casi mil vacunas Sputnik V contra la enfermedad, que se echaron todas a perder.
Las dosis quedaron completamente inservibles y formaban parte de un lote de 20.000 que Rusia entregó como ayuda humanitaria a ese país de Asia Central. En Kirguistán la campaña de vacunación comenzó en marzo, en su mayoría con componentes rusos, aunque también algunos de Sinopharm.
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El hecho ocurrió algunas semanas atrás en un centro de salud de la ciudad de Biskek, aunque salió a luz en las últimas horas y generó fuertes críticas por parte de las autoridades. “Si la culpa es de uno de los empleados, de la señora de la limpieza o de otra persona, la clínica tendrá que responder económicamente”, reveló el ministro de Sanidad, Alimkadyr Beyshenaliyev.
El país asiático está viviendo en estos momentos una tercera ola de la pandemia y contabiliza hasta la fecha más de 100 mil casos de coronavirus en total y 1.735 muertes, en una población de casi 7 millones de personas.