Después de conocer cómo el ISIS convierte a los jóvenes en terroristas suicidas, trascendió la desgarradora vida de los niños convertidos en soldados en Irak y en Siria.
Son hijos de mujeres controladas por los terroristas, otros de combatientes o huérfanos, algunos llegan junto a sus padres que quieren unirse al movimiento yihadista o son secuestrados
La organización terrorista utiliza los golpes y las armas para entrenarlos. También los llaman “cachorros de león”, quienes se tienen que inmolar para matar a los supuestos infieles. Los pobres niños son testigos de decapitaciones, aprenden la técnica y donan su sangre a los combatientes adultos lesionados.
El Estado Islámico les enseña el Corán, los hacen rezar y luego aprenden a combatir. Con la excusa de hacerlos “más resistentes” los golpean con palos y les dan patadas en el estómago. Además los obligan a tomar pastillas.