El lugar se encuentra en la llanura costera del centro del país, en las denominadas "Laderas de Judea", a mitad de camino entre Jerusalén y la ciudad portuaria de Ashkelón.
La expedición arqueológica, encabezada por el profesor Aren Maeir, localizó la fortificación y la puerta de acceso considerada la más grande jamás encontrada en el país.
"Con los últimos hallazgos vemos ahora que no sólo era grande, de unas 50 hectáreas, sino que era dos o tres veces mayor a Jerusalén u otras ciudades de la época como Meguido o Beersheva", destacó el arqueólogo.
La puerta de la ciudad filistea aparece en otra referencia bíblica, concretamente en Samuel 21, que relata la historia de cuando David escapó de Saul, primer rey de Israel, y se convirtió en siervo leal de Achich, rey de Gat.
Los hallazgos, así como la propia ciudad, fueron arrasados por el rey Hazael de Aram Damasco, episodio mencionado en el segundo libro de Reyes (12:18).