La vida de 456 ancianos -y otros probables 200 adultos- fue acortada por la “Doctora Opio”. Así lo precisó el informe independiente realizado para las autoridades sanitarias y policiales del Reino Unido. Según esta investigación, la médica Jane Barton le suministró altas dosis de opiáceos a los pacientes sin necesidad.
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Las conclusiones del dictamen, realizado bajo la dirección del ex obispo de Liverpool James Jones, se conocieron este miércoles. El estudio determinó que la profesional británica de la salud, hoy jubilada, actuó sola. Pero no se libera de responsabilidad en el escándalo al personal y dirección del hospital Gosport War Memorial, a quienes se le atribuye desidia y actitud negligente.
“Si bien los [otros] miembros del personal médico del hospital no estuvieron implicados directamente en el tratamiento de esos enfermos, sí conocían cómo eran administrados los calmantes y, sin embargo, no intervinieron para poner fin a esa práctica”, describe el informe.
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Barton, de 69 años, habría proveído diamorfina a sus víctimas, un calmante de tipo opioide, sin que estuviera justificado clínicamente. Este “desprecio por la vida humana" se dio entre 1989 y 2001. Sin embargo, como no se ha podido probar que existieron conductas homicidas, la acusada no irá presa por el momento.