La Franja de Gaza vivió este lunes su jornada más violenta de los últimos años. 52 muertos y más de mil heridos fue el saldo que dejó la represión del ejército israelí contra los palestinos que protestaron por el traslado de la embajada norteamericana en Jerusalén.
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La inauguración de la sede diplomática se celebró el día del 70 aniversario de la creación del Estado de Israel. Además, se realizó un día antes del Día de la Nakba (desastre en árabe), fecha en que Palestina recuerda la pérdida de territorios. Demasiadas coincidencias para transformar el lugar en un polvorín.
La “Gran Marcha del Retorno” fue seguida por más de 40 mil manifestantes gazatíes. Muchos de los participantes protagonizaron disturbios cuando atacaron e intentaron transponer las vallas que separan la frontera.
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El lanzamiento de piedras y bombas incendiarias de parte de palestinos fue respondido con disparos por soldados de Israel. Además, las Fuerzas Armadas también atacaron con aviones "estructuras de Hamás", movimiento musulmán que gobierna de hecho en la Franja.
En Jerusalén, se vivió una jornada más tranquila, pero más fuerte desde lo simbólico. "Es un gran día para la paz", dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu durante la apertura de la embajada de EEUU, agradeciendo al gobierno de Washington por el apoyo recibido: "Presidente Trump, al reconocer la historia, ha hecho historia.”