El caso de España conmocionó al mundo entero, cuando Gabriel Cruz, un nene de ocho años, fue encontrado muerto en el baúl del auto de su madrastra, Ana Julia Quezada, en la ciudad de Almería.
Los investigadores sospecharon desde un principio de la madrastra y al detenerla se dieron con el cuerpo del nene en su vehículo. Un mes después de este terrible hecho, la asesina rompió el silencio.
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Por medio de dos cartas, que le mandó a un periodista, Quezada le pidió perdón a su familia y dio su versión de lo ocurrido.
Según ella, una vez que mató al chico, no quiso contarle a nadie por miedo: "Me asusté, me bloqueé y la bola se fue haciendo cada vez más grande".
En su declaración ante el juez, la detenida contó que lo mató después de una supuesta discusión. "Tú no eres mi madre, no me mandas y no te quiero volver a ver nunca", fue la frase que supuestamente desató la pelea.
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"Al final, con la rabia, lo asfixié tapándole la nariz y la boca", relató.
En las cartas que salieron a la luz por la televisión española, Quezada volvió a referirse a su versión y reiteró que cometió "un delito sin querer". "Lo único que pido es que me juzgue y se me trate como se me tiene que tratar en mi situación. Estoy muy impactada por todas las mentiras que se han dicho de mí. No estoy para nada bien. Ante todo, quiero pedirle perdón a toda la familia de Gabriel y a las personas que he hecho daño", remarcó la mujer.
La autopsia confirmó que el chico murió estrangulado y el peritaje psicológico no le jugaría a su favor. Según las autoridades penitenciarias, es una persona de una "frialdad máxima" que mantiene una "falta de empatía hacia otras personas" y que es "egocéntrica".