En marzo de este año, Mohamed Mohiedin Anís recorrió centenares de portadas del mundo entero. El anciano, con una paz que no reflejaba la destrucción que lo rodeaba en una habitación de Alepo, escuchaba música sentado en su cama.
La imagen fue tomada por el fotógrafo libanés Joseph Eid, de la agencia France Press, quien en ese momento la describió como "una de las imágenes más impactantes y poderosas" que tomó y "una novela en un disparo". Pero una investigación del diario El País reveló quién era en realidad el anciano que se viralizó.
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Mohiedin Anís tiene 70 años y pertenece a una aristocrática familia siria, que se dedicaba a comercializar cosméticos. Hasta ahí, nada fuera de lo correcto. Tiene ocho hijos, se declara un apasionado de las mujeres y es polígamo, algo permitido en su país. Además, habla árabe, español, inglés, italiano y francés.
Pero una pintura en un salón de su casa sacó a la luz su peor faceta. "Si dicen que he muerto, desconfía", dice una frase junto a una esvástica nazi. Al lado, Adolf Hitler fue retratado desafiante y realizando su saludo. "Soy un fascista y un franquista", declaró Mohamed, quien elogió al dictador español Franco: "Logró destruir el anarquismo y devolver la democracia a España con el rey Juan Carlos".
El fanatismo por el nazismo llegó a tal punto que quiso inscribir a un hijo varón con "Hitler" como segundo nombre, lo que le provocó un escándalo con un funcionario público de Damasco que se lo negó.