En el cuadrilátero, la protagonista principal es la sangre. Los luchadores son alentados a usar armas de fabricación casera, para provocar más daño en sus rivales.
Los combates tienen lugar en edificios viejos. Allí dentro, se respira un verdadero clima de violencia entre los espectadores. Se escuchan los gritos, silbidos y la impaciencia de los que quieren ver siempre más, hasta llegar al punto más extremo.
El show conocido como "Desastre Total Ultraviolento", comienza con el saludo de los combatientes uniendo sus manos en el ring. "Somos luchadores extremos, pero no somos violentos, ya tenemos demasiada violencia en este país", ironiza Crazy Boy, jefe de la compañía.
El reglamento autoriza el uso de elementos cortantes. Tenedores, cuchillos de plástico o vidrio, están permitidos. La lucha se puede hacer fuera del ring y tiene que ser lo más real posible.
Esta actividad ya cumplió nueve años y no para de crecer. "La gente viene aquí para divertirse, disfrutar de lo que ven, y siempre están pidiendo algo más", dijo Boy.