La ola de calor elevó la temperatura hasta los 42 grados y Grecia se convirtió en un verdadero infierno. Los bosques de pinos ardieron y las llamas avanzaron sobre las casas que las rodean atrapando a varias familias, sembrando la muerte y dejando más de 156 heridos y miles de evacuados.
El vicealcalde de la región, Girgos Kokkolis, informó que la mayoría de las víctimas son del balneario Mati, a unos 40 km al este de la capital griega.
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En medio del desastre, muchos veraneantes tuvieron que ser rescatistas y usaron sus botes para salvar a la gente que entró al mar. Más de mil propietarios tuvieron que huir de sus casas ante el avance y descontrol del fenómeno.
Los incendios también afectan al oeste de Atenas, cerca de Kineta, un popular destino de vacaciones, en medio de temperaturas de 40 grados centígrados.