Semidesnuda, con síntomas de hipotermia y varias heridas producidas por un arma blanca. Así encontraron Rosa Elvira Cely luego de ser brutalmente violada y torturada. Por las heridas, la mujer de 35 años falleció horas después en un hospital.
El agresor le introdujo un palo que le dañó mortalmente sus intestinos, el útero y las trompas de falopio. Además, encontraron dentro de su cuerpo pedazos de pasto y madera. Sucedió el 23 de mayo de 2012 en Colombia.
La espectacularidad de las torturas y la excesiva violencia del abuso hicieron que el país entero pida justicia. El autor del crimen, su compañero de estudios, fue condenado a 90 años de prisión y se aprobó una ley que tipifica el delito de femicidio.
Pero, a pesar de la indignación social que generó, una funcionaria de la Secretaría de Gobierno de Bogotá afirmó que Rosa tuvo la "culpa exclusiva" de su crimen. "Si Rosa Elvira Cely no hubiera salido con dos compañeros de estudio después de terminar sus clases en horas de la noche, hoy no estuviéramos lamentando su muerte", explicó la abogada Luz Stella Boada.
Como era de esperarse, su concepto jurídico fue sentenciado por referentes políticos y sociales de Colombia. Hasta el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, y las Naciones Unidas repudiaron sus dichos.