Julie Faith Strauja nunca pensó que su nueva vida en California, se convertiría en una pesadilla. Se mudó en julio y a los pocos días un oso negro de 190 kilogramos empezó a invadir su casa y atacar a su perro.
La tercera vez que el animal irrumpió en su vivienda, la mujer consiguió un permiso del Departamento de Pesca y Vida Salvaje para matar al animal, ya que no quería estar fuera de la ley y un amigo le disparó el 31 de julio.
Julie contó que no se arrepiente de lo sucedido, ya que no encontraba tranquilidad en su casa, pero que ahora teme por la insólita reacción de la comunidad en la que vive. "No me arrepiento en nada de mi decisión, pero la forma en que la gente en este pueblo respondió inicialmente fue descorazonada", aseguró.
"Fue mi decisión, que tomé por la seguridad de mis hijos y mi hogar. Traté de usar formas no letales con él, pero nada lo detenía. Y no pensé que había otras opciones", subrayó Strauja.
Las amenazas que sufrió desde el 31 de julio fueron interminables. "Tuve amenazas de muerte en mi casilla postal y en las redes sociales", dijo.
Una de ellas decía en Facebook: "Contácteme si quiere hacer su vida un infierno viviente de manera legal". Pero no todo termina ahí, ya que muchos merodean su vivienda y la insultan.