Mientras continúa la guerra en Ucrania, María Cristiana Demianczuk, una monja argentina oriunda de San Rafael, Mendoza, se mantiene de pie para ayudar a decenas de personas a salvar su vida. Desde la provincia de Zakarpattia, en el suroeste del país, evacúa a gente que intenta escapar.
“En concreto, estamos trabajando en un pequeño paso de la frontera, porque hay varios. Acá el trámite es más corto y fácil. Ya hemos ayudado a salir al menos a seis colectivos llenos de gente y algunos minibuses”, amplió María en diálogo con Arriba Córdoba.
Al principio, las primeras personas que huyeron fueron del oeste de Ucrania. “Estaban muy asustados por la posibilidad de la guerra”, contó. Sin embargo, hubo gente que no tuvo la posibilidad de anticiparse. Los que están saliendo en este momento ya han sufrido lo peor.
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La religiosa aseguró que “han escapado desde abajo de las bombas y muy traumados psicológicamente”. Actualmente, llegan desde todas partes, desde el este, oeste y el sur. “Es muy difícil escapar. De hecho, los corredores humanitarios son el lugar más peligroso”, afirmó.
María explicó que cuando llegan a esa zona, los rusos no los dejan salir y los matan. Por eso, dijo que “la gente que logra escapar lo hace a pie y en condiciones realmente muy difíciles”. “Precisamente a ellos son a los que estamos ayudando en coordinación con gente amiga de distintas partes, como Europa y Alemania”, siguió.
Por último, sostuvo que “han asesinado a miles de personas tratando de cruzar la frontera y que destruyeron colectivos enteros con gente”. “Dispararon a matar a cientos de ambulancias e incluso a personas que se acercaban a llevar alimentos”, concluyó.
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Tiene una comunidad de niños a cargo
María hace 23 años que vive en Ucrania. Antes de que comenzara la invasión rusa, se encontraba en el centro de la ciudad de Ivano-Frankivsk. Allí, tenía un pensionado con 10 niñas a cargo.
Sin embargo, contó que cuando comenzó la guerra, tuvieron que huir porque allí se desataron los primeros ataques. “Nuestra casa estaba al lado del aeropuerto donde impactaron misiles", mencionó.
Y agregó: "Fue entonces que despertamos a las niñas, las abrigamos como pudimos y salimos hacia el suroeste de Ucrania donde estamos ahora y tenemos otra comunidad”.
Además, integra la familia religiosa del Verbo Encarnado, una congregación fundada en Argentina que misiona en distintos países. Por su parte, en Ucrania cuenta con alrededor de 13 sacerdotes y 60 hermanas.