En la noche del verano español del 2016, la señora de la casa escuchó ruidos extraños en el cuarto donde dormía su madre postrada. Se levantó y se dirigió hacia la pieza. Cuando vio lo que ocurría allí adentro, se llenó de indignación: había alguien muy cercano a sus afectos en la misma cama de la mujer que le dio la vida.
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La persona que estaba con su anciana mamá, de 87 años y enferma de Alzhéimer, era su marido. Llena de rabia, presentó la denuncia ante la Justicia. A un año y medio de aquella penosa situación, se está llevando adelante un juicio por abuso. Este martes, el acusado rechazó la existencia de un delito sexual y sostuvo que se trató de un error por los efectos del alcohol. Mirá la declaración que dio:
"No violé a mi suegra, solo me equivoqué de habitación”, dijo M.F.O.A ante la Audiencia de Las Palmas. "Estaba borracho y en vez de meterme en mi habitación, entré en la de mi suegra por equivocación. Estaba todo oscuro y cuando bajé la manta y me fui a meter en la cama, mi suegra gritó y en ese momento me di cuenta de la equivocación y salí de inmediato", sostuvo.
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El testimonio de la esposa del imputado lo compromete en algo mucho más serio que en la existencia de un error. “En ese momento lo vi en estado de erección, intentando subirse los calzoncillos y el pantalón como un loco", manifestó.
La fiscalía, que sostiene la existencia de un crimen sexual, solicitó una condena de 10 años de prisión para el “descuidado yerno”, además de exigirle el pago de 30.000 euros en concepto de indemnización.