Un desastre natural de impacto desconocido ocurrió en el estado de Colorado, Estados Unidos. Por un error de los empleados de una mina, más de 11 millones de litros de agua contaminada fueron tirados al río Animas, de la localidad de Durango.
A los pocos minutos de la falla, el agua tomó un intenso color marrón que impactó a miles de lugareños que disfrutaban habitualmente del típico paisaje del río de montaña. Los gobernadores de los estados de Colorado y Nuevo México declararon la emergencia ambiental.
"Tuve la oportunidad de ver el derrame con mis propios ojos. Es absolutamente devastador, y estoy corazón roto por esta catástrofe ambiental", dijo la gobernadora Susana Martínez.
Los funcionarios reconocieron que el daño ambiental podría permanecer durante años y el paisaje cambió por completo: las canoas que antes eran de turistas pasaron a transportar a empleados de la agencia de control de desastres con trajes especiales y máscaras de oxígeno. La comparación es escalofriante: