Cuando Max crezca, seguramente sus padres le contarán la anécdota de cómo llegó al mundo. Su mamá, Jesica Hogan tenía contracciones regulares desde hacía días, pero los médicos le dijeron que se quedara tranquila.
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La tercera vez que la mandaron a su casa fue la vencida –como dice el dicho-. La mujer pensó que jamás llegaría al hospital de Kansas: había roto bolsa y sentía que el bebé estaba por salir. Después de tantas falsas alarmas, el momento llegó luego de un dolor que la despertó en la madrugada.
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Un parto de emergencia y aventurero. Apenas llegó a la clínica dio a luz, pero no de manera tradicional porque no llegó a traspasar la sala de partos. En un pasillo, alcanzó a bajarse el pantalón y le pidió a su marido “que lo atrapara”.
El pequeño nació con un solo pujo gracias a la ayuda de su papá y una enfermera, que fueron fundamentales en el episodio. El gran susto llegó cuando el bebé demoró unos segundos en llorar. Afortunadamente todo salió perfecto y no requirió que los médicos lo trasladaran a la sala de cuidados especiales.
La protagonista de la historia aseguró emocionada: “Fue el parto más loco que tuve, pero también fue el mejor”. Esta dramática pero emocionante experiencia quedó registrada bajo la lente de la fotógrafa Tammy Karin. A través de las redes sociales, compartió las imágenes del nacimiento.