Pepe Mujica se refirió a la Argentina en una de las charlas que mantiene con Gustavo Sylvestre de manera semanal. En esta ocasión, el ex presidente afirmó que su país vecino atraviesa una grave enfermedad que le impide desarrollarse de acuerdo a las capacidades que manifiesta, y su potencial: el odio.
“La Argentina, vista desde nuestra perspectiva, tiene una enfermedad muy grave: el odio en la perspectiva política y social. Es demasiado crudo y corta de entrada toda posibilidad de intercambio de diálogo”, comenzó diciendo. Luego, afirmó que las sociedades modernas sin significativamente más complejas y cada vez van crecer en ese aspecto: "Ello supone que es inevitable que en una sociedad contemporánea existan puntos de vista diversos, desacuerdos, diferencias, percepciones… Esa idea de un mundo pintado de perfecto no existe, es una quimera”.
También, Pepe argumentó que en ese contexto surgen movimientos y posturas polarizadas para defender una multiplicidad de cuestiones, pero que también lleva a descuidar lo más importante: el valor de la vida. "Aparecen movimientos radicalizados en distintas esquinas de la sociedad, colocando una causa particular como el centro del universo; una causa que puede ser muy importante, pero en el centro del universo está la lucha por la vida, que es el valor más cotidiano y más trascendente. El querer vivir. Y sin embargo nos olvidamos de eso”, afirmó.
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Respecto al odio que según él invade al país argentino, señaló que para superarlo es necesario tener una tolerancia intelectual que determine conductas donde se pueda acordar y discrepar. "Un tono de altura que evite la ofensa gratuita", aseguró Mujica.
Finalmente, el histórico militante político e integrante del Frente Amplio reflexionó: “A los actores políticos parecería a veces que ese medio ambiente que se ha creado también los arrastra a ellos. Y veo que la pandemia en lugar de aminorarlo, lo ha multiplicado. El odio y el amor son ciegos, pero tienen una sustancial diferencia: el amor es creador, el odio termina destruyendo hacia afuera y hacia adentro. Es un arma de doble filo”.