Blancanieves es un clásico de los cuentos de hadas y el libro fue publicado por primera vez en 1812. Luego, Walt Disney lo llevó al cine en 1937 junto a los siete enanitos y la película termina con el “beso de amor verdadero” que el príncipe le da para revivirla, ya que había comido una manzana envenenada.
La polémica se desató en las últimas horas en Estados Unidos y ahora genera debate en todo el mundo tras la reapertura del parque temático en Disney, California. El paseo que antes terminaba con la muerte de la Reina Malvada, ahora finaliza con el beso.
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El nuevo debate despertó tras la crítica de dos periodistas del SFGate, de San Francisco, que aseguran que el beso “no fue consensuado” y que por los tiempos que corren habría que revisar la escena.
"No puede ser un beso de amor verdadero si solo una persona, en este caso el príncipe, sabe lo que está pasando", señalaron. Vale destacar que la atracción fue inaugurada por Walt Disney en 1955.
Además, según detalló Clarín, en la nota los periodistas agregaron la siguiente pregunta: “¿No estamos ya de acuerdo en que el tema del consenso en los primeros filmes de Disney es un aspecto problemático? ¿Y que enseñar a los niños que besar a una persona, si ambos no están de acuerdo, no está bien?”.
Lo cierto es que la publicación despertó todo tipo de posturas en las redes sociales y foros de opinión. Algunos manifiestan estar a favor o comprender el cuestionamiento al “beso no consensuado”, mientras que otros argumentan que Blancanieves hubiese muerto sin el beso.
Por otro lado, especialistas piden tener en cuenta los contextos, ya que el libro original tiene más de 200 años y las formas de pensar de la sociedad dieron un vuelco rotundo entre aquella época y la actual.
"Las revisiones de los clásicos marcan muchas cosas interesantes. La primera es que no toman en consideración que son narraciones que datan del siglo XVII y que en ese contexto de producción no existe ninguna posibilidad que estén en concordancia con lo que piensa la sociedad cuatro siglos después”, detalló en ese sentido Carola Martínez, especialista en literatura infantil, en diálogo con Clarín.
Y agregó: “Las narraciones forman parte de la ficción y más aún en este caso de cuentos maravillosos. Las narraciones no son realidad. Nadie le robó un beso a Blancanieves, porque Blancanieves no existe. Esta necesidad de censura es tan aberrante y peligrosa como la censura que hacía la dictadura militar. No podemos permitir estos avances porque primero vienen por Blancanieves y luego van a comenzar a revisar qué contenido tienen los libros para niñas y niños”.
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Lo cierto es que Blancanieves no es el primer caso que despierta una polémica similar y varios clásicos del cine ya tuvieron que adaptar o quitar escenas para seguir siendo reproducidas en estos días en TV.
Uno de los últimos y más resonantes cambios fue la decisión de la nueva versión de Space Jam de eliminar a Pepe Le Pew porque “normalizaba la cultura de la violación”. Días atrás también surgió el debate con La Bruja del 71 del Chavo del 8, donde los críticos dijeron que “fomentaba el acoso”.